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Tom Pentón y el primer carretón de caballos en Santa Clara.



Hace ya muchos años muchacho yo recuerdo que con frecuencia mis padres me llevaban a la cafetería del “Ten Cents” (hoy tienda recaudadora de divisas, Variedades Siboney, con la cafetería remodelada para nada parecida a aquella idílica de mis años infantiles), muy a la moda para la época, corrían los años de 1960 y tantos no sé si 64, 65, 66, 67, solo que estaba en la primaria, en una escuelita muy cerca de allí, por lo que la visita a la misma era muy frecuentes, en muchas de estas excursiones gulosas, coincidíamos muchas veces con un singular personaje, era un hombrecito simpático, al que todos saludaban, siempre me llamo la atención en él, que tenía piernas, pero no pies; brazos, pero no manos, miraba maravillado como aquel hombre una vez que merendaba encendía con una habilidad pasmosa un invariable cigarrillo era todo un ritual verlo sacar el mismo de la cajetilla llevárselo a los labios y encender un fosforo y luego reclinado en su banqueta lanzar bocanadas de humo al techo, confieso que para mi corta edad aquello era una proeza extraordinaria.


Preguntaba a mis padres por él, como siempre andaba vestido con una camisa blanca y una gorra de chófer de guaguas, creía que el señor había sido víctima de un terrible accidente automovilístico, y me decían que había nacido así, pero que eso nunca fue obstáculo para que montara a caballo, enlazara reses, disparara con precisión, jugara pelota, boxeara y hasta fuera artista de circo. Con el tiempo supe que su nombre verdadero era Ramón Pentón Brito, que había nacido en la finca Labrador, del municipio de Encrucijada, en 1909, así con esa rara condición genética, en sus años mozos se enrolo como artista en el “Circo Razzone” con el cual hizo temporadas nacionales e internacionales, dejando a más de uno con la boca abierta por la habilidad con que podía hacer un sinnúmero de cosas, en uno de esos viajes circenses conoció al gran Tom Mix, legendario cowboy norteamericano del cine mudo, de quien era gran admirador, y del cual tomo su nombre artístico por el cual se le conoció por el resto de su vida, “Tom Pentón”.


Este ingenioso hombre, con nombre de cowboy y alma inquieta, introdujo en Santa Clara en 1945, el primer carretón tirado por caballos, en el servicio de pasaje que circulo por sus calles, como transporte urbano, anteponiéndose por más de medio siglo, a lo que sería la forma de traslado alternativo de la villa en la actualidad; Este primer intento de servicio de pasajes recorría la ciudad en la ruta comprendida desde la Carretera Central banda Placetas y las inmediaciones de la calle 6ta de La Vigía, pasando el tostadero de café, en lo que es hoy el Servicentro del MININT, allí en esa época existía una estación de servicios tipo oeste norteamericano, donde lo mismo comían los campesinos que venían desde La Movida y Manajanabo, a vender sus productos agrícolas u otras gestiones y dejaban sus bestias amarradas allí, que se vendía gasolina; al tiempo, que también servía de posada a quienes necesitaban cobija y descanso, llamada “La Bombilla”, es bueno recordar que quedaba como un punto de aprovisionamiento para los que transitaban la isla desde oriente a occidente y viceversa en la recién estrenada Carretera Central, y hasta la "Casa Raúl", esquina de Parque y Gloria (en lo que es hoy la “TRD Imagen y Sonido” y unos locales que ocupan los Bufetes Colectivos como comedor y una pequeña tienda de ARTEX que colinda con la Biblioteca José Martí), por lo que se izo normal para la época la imagen del hombrecito que no tenía manos, ni pies tirando de su carretón, por la Carretera Central y Calle Colón, muy orgulloso al volante.


El carretón, fue bautizado como Tom Pentón I, el precio ascendía a cinco centavos y un comprobante para que sirviera de medio pasaje en los próximos viajes, o sea, que por diez centavos se podían dar tres paseos en carretón, el negocio le prospero al famoso cowboy pilongo y con el resultado de las ganancias obtenidas amplió la ruta y apareció el Tom Pentón II y se hubiera convertido en un importante transportista urbano si no le sale competencia, Tom Pentón fue desplazado por Orfelio Ramos Valdés, principal magnate del transporte en aquella época en esta parte de la isla, un hombre que trabajó en la empresa de Ómnibus Aliados, y en poco tiempo administró su propio negocio, al inicio solo poseía seis guaguas, hasta alcanzar luego más de 50, convirtiéndose en el máximo organizador del transporte urbano en la ciudad, pero esto no fue obstáculo difícil de vencer por tan obstinado y avispado minusválido, el que fundó poco después una ruta de ómnibus desde Santa Clara hasta su natal Encrucijada, que le aportaría mayores ganancias.


Cuentan, y al parecer su hija lo atestigua, que los caballos que había utilizado en sus dos primeros carretones los mató para que sirvieran de comida a los leones del Circo Razzone, donde años antes había trabajado como artista, Tom Pentón falleció en la ciudad de Santa Clara en 1984 a la edad de 75 años, de esa manera, y por tan curioso personaje, recordado aún por los santaclareños que peinan canas, tuvo la capital de Villa Clara su primer carretón, émulo de los actuales, que las circunstancias nos obligaron a sacar del olvido ante la carencia de transporte local para dar respuesta a la amplia demanda de traslado en la ciudad, convirtiendo este medio de traslación como la alternativa por excelencia, pero que algún día más temprano que tarde, volverán al baúl de los recuerdos.

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