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La reina Isabel II declarara a nuestra localidad, ciudad con el nombre de Villaclara.



El crecimiento de la villa propició que el 12 de mayo de 1867, la reina Isabel II la declarara ciudad, con el nombre de Villaclara; aunque no fue reconocida oficialmente hasta el 24 de julio de este año día en que es recibida la noticia en el Ayuntamiento

santaclareño, en el Acta Capitular del Ayuntamiento de Santa Clara. 24 de julio de 1867, aparece asentado lo que transcribimos textualmente a continuación:


Se dio lectura a un oficio del Excmo. e Ylmo. Sr. Director general de la admón. de la Ysla de fecha diez y nueve del corriente que su tenor dice así “Dirección general de administración – Sección de Gobernación”. Por el Ministerio de Ultramar se dice de Real Orden de doce de mayo último al Excmo. Señor Gobernador Superior Civil lo que sigue: Excmo. Señor. En consideración a las circunstancias que reúne la Villa de Villa Clara. Cabeza de distrito judicial en esa Ysla, la Reyna (q.D.g.) ha tenido a bien concederle el título de “Ciudad” – De Real Orden lo digo a V.E: para su conocimiento y efectos correspondientes, y acordado su cumplimiento por Y.E. lo traslado a Vd. para conocimiento y efectos oportunos. Dios guarde a Vd. Muchos años. Habana, Diez y nueve de julio de 1867 (…)”.


Como se observa una villa que ha nacido oficialmente con el nombre de “Gloriosa Santa Clara”, ya que así había sido dispuesto por las autoridades de la Isla, lo que queda claro cuando el Capitán General de la Isla de Cuba dispone el 15 de junio de 1689 el traslado de Remedios al hato de Antonio Díaz establece dos condiciones, que: “Antonio Díaz se titulase en lo adelante con el nombre de la “Gloriosa Santa Clara”, pues era el que tenía, y debía conservarse, tomándolo por Patrona”, ha cambiado de golpe y porrazo por una disposición titular emitida por la reina, a “Villa de Villaclara”.

Que ocurre realmente para tal cambio de patronímico a la ciudad, al ser fundada la Villa en 1689 se le denomina oficialmente “Gloriosa Santa Clara”, como hemos explicado, en su Memoria Histórica, Manuel Dionisio González explica: “Ciego de Santa Clara. Esta hacienda, llamada después Antonio Díaz, tomo este nombre, que aún conserva, por ser él su primitivo dueño, el cual pidió merced de ella al cabildo de Santo Espíritu el 20 de noviembre de 1635. Designó como punto de su situación una sábana áspera, á que se le decía el Ciego de Santa Clara”, posteriormente el gobernador general de la isla dispone las condiciones para su fundación la denomina “Gloriosa Santa Clara”, es de suponer que con el transcurso del tiempo el nombre originario fue transformado en Villaclara, no olvidemos que desde su fundación la villa ha sido apodada por el pueblo, de diversas formas; Cayo Nuevo, Villa Nueva de Santa Clara del Cayo, Pueblo Nuevo de Antonio Díaz, Santa Clara de la Sabana de los Remedios del Cayo, muchos de ellos derivados de los que había tenido Remedios a través de la historia y traslaciones: Santa Cruz de la Sabana de Vasco Porcallo, El Cayo, San Juan de los Remedios del Cayo.


Esto por supuesto crea un embrollo alrededor del apelativo de la villa, donde por aquello de abreviar y fundir tantas denominaciones había comenzado sus pobladores a llamarlas indistintamente Santa Clara, Villaclara o Villa Clara, en la “Memoria histórica de Santa Clara y su jurisdicción” editada por Manuel Dionisio González (nuestro primer historiador) en 1858 se usan sin discriminación, para referirse a la localidad, los tres términos, cuestiones estas que inducirían a la reina Isabel II, a declarar a la ciudad, con el nombre de Villaclara.


La notificación es acogida con júbilo, por el cabildo y sus pobladores, pero la denominación de “Villa de Villaclara” a la ciudad pronto causaría inquietud, no obstante los del cabildo renuentes al cambio habiendo encabezado tres Actas Capitulares, posteriores a la nueva denominación oficial, como “Villa de Santa Clara” (29 de julio, 1ro y tres de agosto), encabezan por primera vez un Acta Capitular con el nombre de “Ciudad de Villa Clara”, las siguientes del 16 y el 19, sin dudas por fuerza de la costumbre, lo están como villa de Santa Clara. Ya en la del 26 de agosto se retoma la denominación de Ciudad de Villa Clara, apareciendo borrado debajo el de Santa Clara.


El 14 de febrero de 1868, decidido ya, según parece el Ayuntamiento a pedir a la Reina que se le devuelva a la ciudad su antiguo nombre, se encabeza nuevamente con el de Ciudad de Santa Clara, al igual que en la del 17 del mismo mes, sin embargo en las del 21 y el 28 retoma el Ciudad de Villa Clara, pero en esta última aparece una reclamación del Ayuntamiento al efecto dirigida al Teniente Gobernador solicitando la rectificación del nombre. En las actas que siguen se alternan los dos nombres, para después a partir del 3 de mayo y hasta el 26 de junio mantenerse el de Ciudad de Villa Clara. El error estaba a punto de subsanarse, y: “En la Ciudad de Santa Clara a tres de julio de mil ochocientos sesenta y ocho… Leyose un oficio del Ylustrísimo Señor Director General de Admón. fecha veinte y uno del mes p. pdo. en el que participa que el Excmo. Señor Gobernador Superior Civil oído el parecer del consejo de Admón. Y con perjuicio de lo que resuelva el gobierno de S.M. se ha servido disponer que desde luego cese la denominación de Villa Clara que viene usándose para esa ciudad, sustituyéndose con la de Santa Clara que legítimamente le corresponde (…)” (Acta capitular del 3 de julio de 1868) A partir de aquí la ciudad recupera su nombre.


Santa Clara, o Vila Clara, son los patronímicos más usados para definir a nuestro terruño natal, convertido en ciudad desde 1867, lo que ha dado pie a que los orgullosos pilongos utilicen desde tiempos inmemoriales el gentilicio de villaclareños, y más recientemente el de santaclareños, no obstante uno u otro sirve para identificar a los naturales de la ciudad capital de la provincia más central cubana.


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