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Manuel García Garófalo Morales, “Padre del periodismo en Las Villas”.



Manuel García Garófalo Morales, patriota, escritor, periodista e historiador, nació en Santa Clara, el 18 de noviembre de 1853, en la casa número 9 de la calle de Santa Rosa e/ San Francisco Javier, actualmente Maceo y el Callejón de los Vizcaínos, hoy calle de Plácido. Fue el segundo de los tres hijos del alférez de caballería José Antonio García Morales y María Regina Garófalo Guzmán. Debido a su difícil posición económica Manuel, junto a sus hermanos Francisco y Ricardo, aprendió sus primeras letras con los vecinos y más tarde cursó los estudios primarios y secundarios en las Escuelas “Pías” y “San Idelfonso” y después se convirtió en autodidacta, sobre la obra de este insigne hijo santaclareño se conoce muy poco, ya que la misma se encuentra dispersa en la prensa de la época, dada su condición de periodista, hay que tener en cuenta que actualmente existe una gran confusión con la vida y obra de este intelectual santaclareño, al que confunden y entremezclan con la vida y obra de su hijo Manuel García Garófalo Mesa, el cual si dejó una extensa obra escrita en libros, existen diferentes sitios en internet plagados de errores, confusiones alrededor de hechos relacionados con la vida intelectual de ambos eruditos locales.


Fue Manuel García Garófalo Morales, hombre de carácter serio, reservado, enérgico y honrado, con 15 años, es aceptado como socio del Liceo de Villa Clara y en 1869, apenas adolecente comienza a trabajar en la escribanía de Don Mateo Gutiérrez, allí se celebran tertulias literarias lo que hace que desarrolle su inclinación por las letras, desde sus inicios se destaca por su talento, evidenciándose sobre todo en las ciencias humanísticas, participa de forma activa en las peñas literarias villaclareñas, en las se manifestaban en relación con la independencia; impregnándose con estas ideas, se inicia en el oficio de escribano y colabora con el periódico “El Alba”. Fue además padre y esposo ejemplar. Antonia de la Soledad Mesa y Valdés, fue su esposa y compañera de ideas, participando de sus sentimientos patrióticos.


Socio fundador del Liceo de Villa Clara, realizó trabajos de escribanía y redactó artículos para diversos periódicos nacionales y extranjeros, destacándose el periódico “El Alba”, allí visitaba a amigos cajistas y atraído por la tinta y la melodía de las máquinas, empezó a escribir artículos, luego se extendió a escribir folletines (páginas dominicales), refiriéndose a esto el mismo diría “El Alba” fue la pila pilonga en la que recibí las aguas del periodismo”, colaboró con el periódico “El Moro Musa”, “La Aurora”. Envió correspondencia a la prensa separatista que veía la luz en Nueva York, en 1876 escribió para el periódico del Partido Liberal de La Habana. Por su labor decidida y gratuita, por espacio de medio siglo, dentro del periodismo fue considerado por la crítica de su época como “el padre del periodismo en Las Villas”, su prosa, como dijera un crítico, “es algo así como piezas de artillería gruesa, disparando sobre montañas de acero”.


En el desempeño de su labor periodística tuvo que emplear una diversidad de seudónimos para evitar que su palabra fuera silenciada, de forma tal que sus artículos aparecen firmados con los sobrenombres: M. A. Nuel, Alicates, Bélico, Escambray, X., M. M., Horacio Mora, Edmundo Agustín de la Roca, Sancho Panza, Juan Candela, Mambisito, (1898 en la sección Fuego Graneado del semanario “El Nacional”, Órgano del Cuartel General de la Brigada de Villa Clara, también bajo este seudónimo lo encontramos en el "Cubano Libre", vocero del Partido Revolucionario Cubano en New York) y Juan de la Cruz, seudónimo que lo acompañará por el resto de su vida. (Colecciones de revistas como "La Esquila", "El Mosaico", "Villaclara").


Al comenzar la guerra de los 10 años se afilió a la Junta Revolucionaria de Villa Clara, en la que prestó numerosos e importantes servicios. Fue agente confidencial de los generales Máximo Gómez y Carlos Roloff, quienes le otorgaron los grados de Teniente.


Participó como colaborador tenaz en dos de las Juntas de Información villaclareñas. En la primera, año de 1868, apenas un adolescente de 16 años, en la segunda, la de 1886, se ve impedido de aceptar el cargo de secretario, que se le quería asignar, debido a los intensos trabajos conspirativos, en los que estaba involucrado; ya por entonces había órdenes de tirar a matar, si se acercaba a 20 pasos de las alambradas que rodeaban la ciudad.


Manuel García Garófalo fue el que suministró los datos para la colaboración de los planos topográficos, señalando todas las trincheras, puentes militares, oficinas, y demás lugares de importancia para la guerra, y que con un excelente memorándum se envió al General Roloff, para ultimar detalles del asalto a Villa Clara el 20 de julio de 1876, por las tropas mambisas al mando del General Manuel de Jesús Calvar y Eduardo; por sus indicaciones confeccionó el plano su maestro y gran amigo José Agustín Anido y Pérez.


En los últimos días de la guerra de independencia en 1877, los españoles descubrieron, en la estación de ferrocarril de la ciudad, un cargamento de armas y municiones destinado a los insurrectos. García Garófalo fue arrestado junto con otros revolucionarios, bajo acusación probada de trabajos conspirativos y propagandísticos, fue sometido a un Consejo de Guerra que lo condenó a la pena capital, pero, gracias al indulto concedido a consecuencia del pacto del Zanjón, la sentencia no fue cumplida. Sabía que lo fusilarían y ese fallo homicida esperaba con estoicismo espartano.


En 1879 escribía artículos polémicos en el periódico "Eco de Las Villas", en una sección denominada "Eco". Al desaparecer por orden del Gobernador General el periódico "Eco de Las Villas", se sucedieron otros como el de "Las Villas", "El Autonomista", "La Libertad", "La Perseverancia", "La Verdad", "La Vanguardia", "La Defensa", "La Protesta", en todos estos periódicos escribió artículos de índole separatista.


Siempre se mantuvo vinculado a las actividades del Partido Revolucionario Cubano fundado por José Martí. Cuando la Guerra Chiquita, García-Garófalo fue acusado de estar complicado en el movimiento, y por eso guardó prisión hasta que esta hubo concluido. Estuvo entre los patriotas cuyo valor y discreción hicieron posible el cumplimiento de misiones que contribuyeron al estallido de la guerra de independencia en 1895. Reiniciada la guerra recibió de Estrada Palma el nombramiento de delegado en Villa Clara, honor que rechazó ya que estaba muy identificado como separatista. Él mismo propuso a otro compañero menos sospechoso para los españoles, Enrique Del Cañal Becallí.



Durante la guerra aunque no se involucró directamente al campo de batalla, fue más el tiempo que pasó en la cárcel que libre, por su apoyo a la causa, seis veces padeció prisión, acusado de “auxiliar de la revolución” y apenas se salvó de ser fusilado. Cuando Leoncio Vidal asaltó la ciudad se llegó incluso a temer por la vida de Garófalo, ya que al encontrarse preso se pensó que los españoles tomarían represalia en su persona.


Perteneció y prestó importantes servicios al Club Revolucionario Juan Bruno Zayas, y creó con posterioridad, junto a Enrique Del Cañal Becallí, Julio Jover Anido, Florentino Martínez y Juan E Valdés, el Club “Martí”, el cual durante la última etapa de la contienda del ´95 mantuvo estrecha relación con el Generalísimo Máximo Gómez, ofreciéndole información sobre movimientos militares, localización de soldados y otros informes confeccionados por personal que trabajaba diariamente en oficinas y dependencias gubernamentales y por tanto estaban al tanto de tales acontecimientos.


El día 16 de marzo de 1896 fue acusado de infidencia y con pésimos informes que se tenían de él. En esta fase patriótica le fue comunicado por el General Roloff que había sido nombrado oficial del Ejército Libertador, destinado a prestar servicios en la junta revolucionaria y años más tardes le comunican por orden del "Generalísimo", de manos del General Carrillo, que le habían sido otorgados los grados de Coronel en Campaña. Tal era su sencillez que jamás comentó estas distinciones y aún más, se negó a aceptar la pensión que le correspondía como Veterano del Ejército Libertador.


Durante la reconcentración de Weyler abogó en beneficio de las familias campesinas desde las columnas del diario "El Popular". Fundador del periódico "La Publicidad", en 1904, donde escribiera hasta su muerte. Después de la independencia se negó a aceptar cargos públicos y continuó de escribano hasta que en 1925, al crearse la Biblioteca “Martí”, consistió en ser su director, lo cual encajaba con las aficiones de toda su vida, que le habían llevado a poseer la más rica colección de impresos villaclareños. Esta labor la ejerció hasta su muerte, el trabajo al frente de la Biblioteca fue ejemplar: terminó el catálogo de las obras que existían, clasificándolas de forma acertada y justa, lo que le permitió determinar la necesidad de adquirir muchas obras de las que se carecía, especialmente de autores cubanos.


En el año 1923 la Colonia Villaclareña residente en La Habana le regaló una pluma de oro como demostración de cariño y la indicación de que culminara la Historia de Santa Clara que venía escribiendo hacía años (la realización y actualización de la obra Memoria Histórica de la Villa de Santa Clara del escritor Manuel Dionisio González), la cual todo parece indicar que no pudo terminar, la cual le fue entregada humildemente, en su casa, y no en un banquete como tenían planeado sus compañeros, por ocasión de su cumpleaños, esta pluma hoy se conserva el Museo Provincial de Historia en Santa Clara.


Los reportajes de Garófalo se caracterizaron por abordar de forma didáctica a través de cuentos, fábulas, crítica y reseñas temas referentes al amor a la patria, personalidades, la lucha por la independencia. García-Garófalo se hizo célebre desde la polémica que sostuvo con Manuel Sanguily en el año 1894, defendiendo al poeta Plácido, los artículos publicados por Don Manuel en periódicos locales en torno al tema fueron reproducidos en la prensa de la capital, esta discusión perjudicaba a la gestante revolución, por la división de fuerzas que creaba en aquellos momentos en que era preciso conseguir la unidad de todos los cubanos. Enviado por Martí, se presentó en Villa Clara Juan Gualberto Gómez (partidario de García-Garófalo) convenciéndolo de cesar la polémica.


Publicó dos libros: Nociones de Historia y Geografía (Villa Clara 1900) y Semblanza: Miguel Gerónimo Gutiérrez (Villa Clara 1919). Aunque tenemos entendido que tuvo en preparación para publicarse dos libros más con los títulos de: Baratijas y Plácido, poeta y mártir sobre la polémica crítica- histórica con M. Sanguily, fue socio de honor del Liceo de Villa Clara y miembro correspondiente de la Academia de Historia de Cuba a la que presentó un amplio estudio sobre la prensa villaclareña. En 1903 fue miembro de la Segunda Conferencia Nacional de Beneficencia y Corrección de Cuba desarrollada en Santa Clara.


Esta sobresaliente figura de las letras villaclareñas falleció el 23 de abril de 1931, el mismo día que en horas de la mañana escribiera un artículo titulado “Mi despedida”, para el periódico “La Publicidad”, el cual dirigía, los bibliotecarios villaclareños lo recuerdan como uno de los intelectuales más consagrados de su época, quien además trabajó en la Superintendencia General de Estado. Asimismo, fungió como académico correspondiente de la Academia de la Historia de Cuba, miembro del Ateneo de Ciencias y Artes de Santa Clara, de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, del Ateneo Nacional de Ciencias y Artes de México, de la National Geographic Society de Washington, DC. Al cumplirse el setenta aniversario de la Biblioteca “Martí” el pueblo de Villa Clara, para honrar la memoria de Garófalo, dedicó una tarja que fue colocada en el frente de la casa donde vivió, y anualmente se convoca un premio de periodismo con su nombre por aportes a la cultura villaclareña.


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